domingo, 18 de agosto de 2013

Días 16, 17 y 18 en Iten. Masaje, Escuela, Eldoret, Nairobi...


Estos 3 últimos días hemos seguido con el ritmo frenético de querer ver, experimentar y aprender lo máximo posible. Creo que estoy visitando muchas cosas, entre ellas las que me había propuesto y más. Aprendiendo más de lo que había pensado, entrevistando personas que no hubiera imaginado...que me abren sus puertas y me dan paso a otras en mi mente algunas inexistentes. 
Me presenté en una de las escuelas sin permiso alguno con unos cuantos juguetes y materiales para en centro. El director me recibió con gran atención, me hizo hasta escribir en un libro mis datos, día de la visita, observaciones y mail, querían seguir en contacto. No tuvo problema en contarme todo el funcionamiento del sistema educativo aquí en Kenia, hasta dónde suelen llegar los atletas, el horario semanal, el calendario escolar que el atletismo forma parte del currículum de Educación Física durante los 3 meses del primer trimestre del año, etc.  Casualidades del destino tuve la suerte de poder quedarme luego a la ceremonia de final de trimestre, más de 2h donde los profesores clase por clase premiaban las mejores notas, anunciaban ante todos las peores mientras que los alumnos cabizbajos se sentían avergonzados, mandaban mensajes de importantísimo valor educativo a los padres que pudieron asistir... hasta había un sabio anciano que cerró la ceremonia con un enérgico discurso de película. Organización, atención, respeto, esfuerzo...unas imágenes que en España en muchos centros cuesta divisar. Orgullosa de ser profesora y educadora en esos momentos me hicieron sentir. 
Luego un tiempo muy grato disfrutando de los alumnos enseñándoles alguno de los juegos que había llevado no conocidos en estas tierras. 
De camino a casa, 3km donde fuimos escoltadas por muchos de ellos que lo convirtieron en un muy agradable paseo. 
Por la tarde fue la hora de dejarme en manos de un masajista de la aldea. Eva había sido la encargada de concertarme cita con su masajista, la tortura sería en su casita, en la cama. Cuando me estrechó la mano James ya aveciné que lo iba a pasar mal. Tenía las piernas muy cargadas por llevar mucho tiempo sin aparecer por el fisio y éste hombre tenía mucha fuerza. Fue 1h en la que padecí mucho pero me lo hizo realmente bien, me sorprendió muchísimo y tan solo me pidió 2e al cambio, le di un poco más y le adelante que nos volveríamos a ver antes de mi regreso, calidad-precio inmejorables. 
Ayer domingo fue un día largo donde mi culo no se despegó casi del asiento del matatu, tuve que acompañar a mi madre desde Iten a Nairobi y volver, ya que ella no sabe inglés y su vuelo de vuelta salí a ayer por cuestiones de trabajo. 6h de ida, 7 de vuelta más 2 táxis y el viaje de Iten a Eldoret, ciudad de donde a las 5 de la mañana salíamos en Matatu directo a Nairobi. 
311km que cruzan el país de norte a sur en diagonal donde puede pasarte de todo como salirte de la carretera a la media hora de subirte y no pasar nada porque Dios lo quiso así, hacer mil amagos de dejarnos tirados el matatu hasta que al fina lo consigue y sin saber cómo el conductor arreglarlo a base de golpes estratégicos, ver como el camión de delante pierde 2 ruedas gigante que saltan y rebotan contra el suelo a una velocidad estrepitosa sin provocar ningún accidente por suerte...son cosas que solo disfrutas o padeces, según lo quieras tú valorar en países como Kenia donde al día a día no deja de sorprenderte. Por suerte no perdió el avión y digo por suerte porque yo además pensaba que era más tarde. 
La vuelta parecía que iba a ser más tranquila, el matatu no hacía amagos raros ni nos salimos derrapando a la media hora de la carretera pero nos encontramos con que se nos cruzaron un grupo de 6 monos, atropellamos a un perro (que en paz descanse), empezó a llover... llegué tarde Eldoret, no quería más sorpresas en el día, tuve que recurrir a quedarme en casa de un amigo español que está viviendo allí por cuestiones de trabajo. 
Hoy es domingo, de camino a Iten se veía como la gente se acercaba a las iglesias con sus mejores trajes, me encanta, todos muy coloridos e incluso las mujeres llevan sombreros. Yo hoy, me regalo el día tan solo para entrenar, reflexionar y escribir sobre todos estos días atrás. Me quedan unos cuantos días aquí y debo organizar y elaborar mis siguientes retos a llevar a cabo como...

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